Con otro par de advertencias familiares encima pero el corazón bien encendido, salieron a la calle. Al llegar al punto de encuentro se toparon con un grupo de gente, y a pesar de no reconocer a la mayoría, se acercaron y empezaron a caminar junto a ellos y ellas. La marcha comenzó con un silenció tímido que se fue disipando con los pasos y el sol encima. Las arengas empezaron a retumbar en las calles y en los oídos primerizos de las y los Vistahermoseños. Después de un par de cuadras recorridas, Daniela y su amiga se percataron de que en la parte de adelante de la marcha habían unas gargantas que gritaban más que las demás. Se acercaron atraídas por el poder de las voces y de las expresiones en los rostros y después de cruzar un par de palabras, se dieron cuenta de que quienes estaban protestando junto a ellas eran exguerrilleros y exguerrileras de las antiguas FARC-EP, que habían venido desde el Centro Poblado Georgina Ortiz, un espacio de reincorporación ubicado a 3 horas del casco urbano del municipio…